Hoy hablando con mi amiga Arianda Jarque ha surgido una conversación que nos ha llevado a contemplar las posibles teorías sobre los hombres y su capacidad de apoyo hacia nosotras. Lo cierto es que, no hemos tenido que pensarlo demasiado.
Chicas, un consejo: No tratemos de explicarles que nos hemos enfadado con alguna amiga, es inútil. Podemos tratar de explicarle que nuestra amiga, o no tan amiga, nos ha hecho algo que nos ha sentado muy mal, algo que nos ha herido y fastidiado muchísimo. Tu le cuentas lo que te ha hecho, y se lo cuentas enfadada porque lo estás realmente. El aparentemente te escucha, y asienta con la cabeza. Cuando llevas 15 minutos hablando y le preguntas, ¿A que tengo razón?, pocos se atreven a decirte: Pues no, no la tienes. Te dirán “claro”. Pero en caso de ese “claro”, jamás dejará de ir acompañado de esa frase tan recurrente para ellos y a la que tienen un cariño especial: “como sois las mujeres…”. Y tú te preguntas: ¿Me ha estado escuchando? Probablemente en el minuto cuatro de conversación, o más bien monólogo, el habrá apretado mentalmente su botón de “off”. ¿Por qué? Porque para ellos, todas nuestras peleas o nuestras posibles disputas con nuestras amigas son siempre lo mismo, “paranoias de mujeres”, ya que “siempre estamos igual”.
Podemos pasarlo.
Pero y ¿cuándo indignadas le contamos que esa chica que nosotras sabemos perfectamente que quiere algo con el, nos está fastidiando e intentando conseguirle de maneras que no son limpias? Cuando le decimos: ¡Pero solo hay que verla, y encima tu, no te enteras y le sigues el rollo y ella se alegra porque así me fastidia!
Pero y ¿cuándo indignadas le contamos que esa chica que nosotras sabemos perfectamente que quiere algo con el, nos está fastidiando e intentando conseguirle de maneras que no son limpias? Cuando le decimos: ¡Pero solo hay que verla, y encima tu, no te enteras y le sigues el rollo y ella se alegra porque así me fastidia!
O cuando le decimos ¡Deja de tratarle de tan amiga porque me he enterado que me va poniendo verde por detrás! ¿Cuál es su contestación? Vamos, todas la sabemos! Si, es esa, la misma que siempre: “Como sois las tías… siempre estáis igual”.
Ah, y por supuesto seguidamente de esa frase, impidiéndote tu capacidad de reacción, te dicen: ¿Pedimos una pizza? Se nota que te escucha, se nota que trata de buscar la solución a tu problema, se nota que te comprende, y se nota, que tiene hambre.
1 comentario:
Real como la vida misma! Un beso guapa, y paciencia!jajajaja
Publicar un comentario